Ramón es el dueño de este sobre que dejaron hoy equivocadamente bajo mi puerta.
El número es correcto, pero no la calle. La mía va hacia allá y la tuya viene hacia acá.
No, no es que me enoje, pero se trata de rumbos y rutas distintas.
Sí. Es cierto; el sobre llegó igual, y pasó por mi casa y por mis manos, pero no sé si esto fue equivocación o esmero del desencuentro.
Esta carta tiene un lector asignado, y esa no soy yo, eso está claro.
Me imagino la cara de Ramón tirando el sobre bajo mi puerta, sabiendo que estaba equivocándose, error consiente de si mismo.
Estoy pensando en ir hasta la calle que viene hacia acá, y tirar el sobre debajo de la puerta que tiene igual numeración que la mía: “la puerta correcta”.
Pero por algo Ramón se equivocó, y ahora la carta la tengo yo.
Creo que mejor preparo café y me siento en mi sillón a leerla.
Luego la guardo en el fondo de un cajón y pretendo olvidar que está allí, así un día la vuelvo a encontrar y me sorprendo del hallazgo. Y quizás ahí sí llegue a su correcto destinatario.
querida ruiseñora como estás? yo pensando en los días. hay días y días, algunos buenos, algunos de los otros. cambié de lado mi acolchado de plumas reversible, ahora es viloeta. me funcionó. algún día quiero ir a una fiesta de funk. lamentablemente hay una contractura en mi costado. volví a tejer y la bufanda que crece me agudiza la contractura. ayer ví pantalones negros colgados con palillos en una cuerda y dados vuelta. como seis pantalones. con el forro blanco de los bolsillos sobresaliendo y resaltando con la luz del sol. que intriga la carta de ese tal ramón. (melón)
ResponderEliminarde repente podès contestarla haciéndote pasar por Ramón =)) divino el blog Luscinda Sarasalachiripiorca.
ResponderEliminarMe gustó. Cortaziano (digo yo).
ResponderEliminarsi,también lo vi algo cortaziano. y a mi me gustó el blog de Laura
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