miércoles, 28 de abril de 2010

suricato-festín-regadera

Dibujo o hago que dibujo.
En el papel hay una persona que tiene algo notoriamente extraño en su rostro: cara de cuento, cara de cuento.

-Nada acaba en el tiempo que se espera. Dijo, y se fue sin despedirse.
Las nubes van en motocicletas, y él viaja en chancletas porque sufre de un calor intenso en los pies.
-Llega el invierno y Montevideo se pone la frazada. Sentenció luego de cruzarse con Paquito, el chico bizco que vive al otro lado de la calle, donde dobla la hoja y ya no sale en el dibujo, por eso no lo ves.

El señor con cara de cuento viaja sin rumbo por la cuidad, dice que se va de tanto en tanto porque se harta del intenso calor de sus pies. Viaja en busca de otros aires que alivien su crepitante dolencia, pero siempre consigue lo mismo: seguir caminando con chancletas (aunque las odie).
La próxima vez que lo vea le voy a regalar un par de sandalias, así no está tan incomodo.
(Lo dibujé con el regalo puesto en la siguiente hoja y queda divino, ¡ realmente lo favorecen las sandalias! Siempre de chancletas no iba con su look de motoneta.)

Él es un suricato.
Usa la regadera en vez de una caramañola para abastecerse de agua.
A veces para no ensuciarse la ropa se viste con un mameluco verde a rayas.
Yo le digo que se deje de cosas raras, que no puede alimentarse de almejas todo el tiempo, puede llegar a salirle un chichón de rinoceronte si sigue con el festín.
Salpicón ridículo.

Esto es ridículo: dibujar a un tipo con cara de cuento, que se parezca a un suricato adicto a las almejas, y que además sufra de intensos calores en los pies.
¿Se nota todo eso en el dibujo?, ¿me quedó bien?.
Creo que lo que le falta es un poco más de color por esa zona...a ver...si mezclo estas acuarelas y le pinto la cara de nuevo...
me alejo... y ahora sí...
Distingo de quién es ese rostro.
¿No tiene algo de murciélago? , mejor ni pregunto.

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