lunes, 31 de mayo de 2010

Cumpleaños

Un año más. O una vuelta más al sol, como dice mi amigo Pablo. Ayer el hombre que canta me regaló un planeta con forma de canica. Yo estaba sentada en la mesa del bar conversando con Mer y se acercó y puso en mi mano la bolita, y un montón de palabras que me hacen sonreír todavía. También me regalaron una foto, un instrumento parecido a una campana y otra vuelta más de whisky. (Ese fue el que atiende la barra, como voy siempre me conoce, y me regala cosas que sabe que aprecio).

Un cumpleaños lleno de cariño y de sorpresas, de abrazos y de caras lindas. Que me hacen bien. Se que mis amigos, los verdaderos, están, siempre están. Y me lo demuestran cada día. Los amo tanto...y ellos a mí. Lo sé.

Me desperté tarde, disfrute del sueño. Al rato tocaron timbre, era Marti que venia a entregarme un beso a domicilio. Enseguida abrí la puerta con mi pinta de pijama y la invité con un jugo de naranja. Conversamos de todo lo que conversan las amigas mujeres. Después se marchó a su clase de yoga.

El día transcurre suave y frío, pero con un cálido sabor a sábado, acolchonado en un abrazo. Amortiguado por mis rulos.

jueves, 27 de mayo de 2010

-Recreo-

Te recuerdo con manchitas de Colet en la túnica blanca, así te recuerdo. Una túnica tableada, una moña azul arrugada. Olores a infancia y a tierra de patio de escuela. Tomabas Colet sorbiendo fuerte la pajita y salía ese ruido que tanto me gustaba desde adentro de la cúbica cajita. La bebida láctea fría y fuerte se terminaba pronto dejándonos con ganas de más. En ese momento inflabas los cachetes y la tetra brik se llenaba de aire. El próximo paso era sacar la pajita que chorreaba chocolate y tirarla a los pies del árbol viejo de grandes raíces molestas. Y seguir soplando un poquito más a través del orificio ahora vacío. Después dejabas la cajita en el piso, levantabas un pie y la aplastabas.Explotaba, salpicaba, un ruido característico hacía. Estruendo a caja de Colet explotando y te juro que ese ruido marcó mi infancia.

Polvo

Me enamoré del polvo (en todas sus acepciones). El polvo que cubre los objetos de la biblioteca, el polvo que viaja con el aire, que se pega en la piel. El polvo que cubre la extensa llanura de tu espalda, que termina en tu cuello desnudo.

Polvo son mis lágrimas, convertidas en pequeños granos de arena, raspando y llevándose las impurezas al salir. Lágrimas exfoliantes.

Perdí toda mi ternura. Me endurecí. Tengo una coraza que me tranca. Me recosté sobre la hierba, y yo misma dejé, que de a poco, el polvo se adueñara de la libertad de mis movimientos. Me convenció tu voz, voz polvorienta, (voz-pólvora).

Me abandoné en el polvo.

Recurro a la orilla. Al ventarrón del sur enfrentándose con mi cuerpo, suspendiéndome en la atmósfera salada. Dejo que el agua me penetre. Se introduzca en cada uno de mis poros. Dejo que de a poco las olas me revuelquen y expulsen todo, todo el polvo.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Como un disparo

Pienso en algo que me haga acordar a vos y agarro el libro correcto del estante. Dentro del desorden: orden perfecto de las cosas.

Intento capturar los momentos y guardar las gotas de sudor que cayeron de nuestros cuerpos para que no se apague nunca la imagen. Las guardo en un cofre con llave.

Entre los estantes te vi esconderte mientras husmeabas un libro indecente.

Hoy todo me recordó a ti: el libro de los "Big Penis" de la Taschen, el té con amigos, el olor a domingo.

Te invento, y me invento historias contigo (¿no será esto un poco obsesivo?).

Ayer creo que te vi. Ibas caminando apurado, mirando para otro lado que no era el mío. Y eso que yo estaba sentada en la mesa de al lado.

lunes, 24 de mayo de 2010

-MAR ESCONDIDO- (canción)

Hombre mirando al cielo
mirando los hombres su vuelo
se juntan el cielo y la arena
Mar escondido
resuena

Olas rugiéndole al cielo
el hombre marcando su suelo
se juntan el cielo y la arena
En el agua, escondido
resuena

El hombre que no es amigo del viento
Aprende a ver cielos de tanto tiempo

Agua implicada en el vuelo
un hombre pequeño del cielo
un sol acapara la arena
Plateado, que brilla
resuena

Muchos son uno del tiempo
iguales, distintos, con viento
un sol acapara la arena
Y el hombre se eleva
resuena

Hombres mirándose el suelo
en lo alto, volaron sin velo
se juntan el cielo y la arena
En el agua, escondido
resuena

El hombre que hace de hijo del tiempo
Aprende a ser cielo con menos viento

Se juntan el cielo y la arena
hermanos el cielo y la arena

Se juntan el cielo y la arena
Escondido, que brilla
y resuena.

(lo imaginé canción,hace un tiempo soñé con ella.me gustaría que alguien le pusiera música y lo cantara)

Luscinia 2

domingo, 23 de mayo de 2010

Pájaro de Pico Niko

Estoy vacía. Sola en la inmensidad de mi libertad. Mi puta libertad que me aprisiona al mismo tiempo. No puedo escapar de ella, me asfixio. Extravío el sueño en mi mirada y pierdo la calma, mi alma se inquieta lentamente y acelera el ritmo cardíaco. No puedo parar mi cabeza. No puedo parar de pensar. De pensar en vos. En mi. En las cosas que fueron y las que no, las que se perdieron y las que escondí en algún extraño lugar de este mar. No recuerdo en cuál estante están.

Estoy incompleta y me doy cuenta. Pero no hago nada para evitar el ardor. Me arden los ojos de mantener el llanto, me arde la boca de no tener tu canto. Quiero volar alto y lejos, y salir de este mundo convertida en el pájaro sin nido y de corazón vacío, en el pájaro de “Pico Niko”, como leía una vez en algún tiempo. Pájaro de Pico Niko, distinto, enfurecido, atrevido. Pido. Pido un tiempo y me salgo del juego, no quiero más cuentagotas de amor ( se lo robo a Charly y no me importa), no quiero más picaduras sin dolor. Necesito ver de lejos el cuadro, sacar una panorámica y revelerla con cautela, siempre me sucede que se me velan los rollos. No puedo esperar, soy demasiado ansiosa.
Me tomo un té y me tiro en la hamaca paraguaya de tu patio, a ver si se me pasa el mal rato, cierro los ojos mirando al sol que con cuidado acaricia mis párpados y trae más noticias buenas de las que creía. Ronroneo un poco: prrrrr, soy una especie de motor, de rollo sacudiéndose. Rollo de pelos, carne, huesos, rollete regordete, comestible. Ronroneo porque amo ese gesto gatuno, porque soy felina y como buena gata mi cuerpo se arrulla bajo el manto solar. Y es ahí donde desaparece el pavor, el miedo que me invade y me impide ser: ser yo misma. Desaparece el pavor a convertirme en una mujer capas de luchar, de generar con mi voz lo que quiera, lo que desee, lo que me inspire el momento.

Abro bien la boca. Grande, suave, roja. Abro bien la boca y dejo salir mi voz. Lenta, preciosa, seductora. Canto melodías que emana mi vientre, mi bajo vientre, mi vagina. Canto la música de mi sexo, de mi ser más intimo, de mi femineidad, canto con mi voz de mujer. Voz que descubrí tiempo después de volver a nacer. Voz que me construye cada día. Voz que me dedico con amor y cuidado. Voz que te llama sin querer...

jueves, 20 de mayo de 2010

Estaba tirada en una cama sucia. El olor a encierro, a humedad, a muchas otras noches empapadas, se percibía en el ambiente. La habitación era infame. Yo estaba desnuda, al lado de su cuerpo dormido, su cuerpo indiferente, como todos los otros, como tantos otros, que pasaron aunque no pasaron por mí. Me daba asco dormirme, no podía concebir descanso si mi piel estaba en contacto con el colchón, las sábanas y la frazada de esa cama de hotel de mala muerte.

Tenía ganas de irme corriendo, o de darme un baño. Pero ninguna de las dos cosas podía hacer. La idea del baño la descarté enseguida, ni siquiera me quise asomar a la ducha. Ya había estado en el baño. Espantoso. Recubierto de azulejos amarillos y la pared pintada de un verde agua, descascarado por los hongos y la humedad. Mientras Samuel me cojía en ese asqueroso baño yo pensaba en la espantosa combinación, en lo patético de la escena, como desentonaba mi piel con ese lugar.

No disfruté del sexo con él. Estaba demasiado borracho y la pija no se le paraba bien, yo hacia un esfuerzo por concentrarme, pero no había química, nuestros cuerpos no estaban logrando moverse a un ritmo que sacara notas extrañas de mi voz. Y eso me hacía detestarlo cada vez que su cara se aparecía ante mí, por eso le pedía que vaya por atrás, para no cruzarme con su rostro.

Abandoné la cama, creo que el colchón rancio era la principal causa de mi incomodidad. Fui al baño a tomar agua. Enseguida lo tenía pegado a mis nalgas, tocándome las tetas y respirándome en el oído. Pero no sabía que con respirar no alcanzaba. A mi me gusta que me hablen, que me derritan la oreja contándome cada imagen que se representa en su cabeza. No se cual es la cabeza que habla por los hombres en ese momento, si la de arriba o la de abajo...de todos modos: la mezcla el perfecta. En fin, a mi me excita que me hablen al oído, acompañado de jadeos y chupeteadas de oreja, hasta ciertos mordiscones, pero no me gusta que simplemente soplen mi oído. Prefiero la brisa retumbando en mi tímpano, no la boca caliente de un baboso.

El hecho es que en esa situación, del baño inmundo, el hombre mudo y mi poca imaginación, terminé por fingir un orgasmo y así culminar con toda esa farsa. Ya no tenía ganas ni de verle la cara ni de que me tocara. Me daba cuenta de mi error constantemente y lo peor era que no podía volver hacia atrás. Y yo quería quedarme en otro tiempo, y en otro lugar, con otro hombre que sí me sabe hablar...un hombre que ya no está.

domingo, 16 de mayo de 2010

animal

Camas vacías. Lados oscuros. Vicios ocultos en la clandestinidad del mundo nocturno.La vampirización de los sexos. El despertar perturbada por tanto resplandor. No soporto el ruido exterior, prefiero siempre quedarme con tu música. Mi boca destrozada por la succión, mi ser hambriento de seducción. Quiero oír siempre tu voz hablándome al oído, suave, despacio.

Transpiración.

Lascivo. Así te deseo.

sábado, 15 de mayo de 2010

salsueño

Ella es una gran esfera de cristal. Frágil. Un inmenso vacío. Hueco. Ella no quiere sufrir pensando en cosas que se fueron y no van a volver, aunque todavía le duelen.
La sal cubre todo su cuerpo y él llega y la chupa despacito, para no despertarla. Tan suave que ella no se da cuenta de que está ahí, no se entera. Mientras él pasa su lengua por el cuerpo esfera, la sal se intiduce por su boca y sale por el orificio convertida en crema. Ella siente que le untan las nalgas. Está desnuda en la playa tomando sol, pero no se despierta del sueño. Un avión la lleva a de la playa a la cama otra vez y vuelve a sentirse entristecida, la sal volvió a cubrirle el cuerpo.

Él aún no llega. Pasa el tiempo y el cloruro de sodio se endurece sobre la piel cristalina, formando una barrera invisible. La sal forma parte de su cuerpo esfera.

jueves, 6 de mayo de 2010

hablando con él: la pared

Un rato puede ser que aguante, pero todo la vida no...¡mintiendo y ahogándome en una pieza sin ventanas!. No poder ver lo que te rodea es muy peligroso, te enloquece, o empeora el fétido estado de tu mente. Sí, esta podrida, tu cabeza está podrida por dentro y por fuera. Eso se nota sobretodo cuando miras hacia un costado, porque desde tu oreja cae una baba verde y blanda que delata tu estado de putrefacción, y emana un olor peor a cien pedos adentro de un frasquito. Yo te miro y no te digo nada, no quiero recordártelo todo el tiempo, pero te pido un favor: cuando vengas a visitarme procurá avisarme antes, así me preparo y perfumo el ambiente, no quiero que se me caigan los dientes, soy muy joven aún, y bella.

Bello eras tu, hasta que el sol no pasó más por tu ventana y decidiste taparla. Por eso se te cae la baba, porque no podés soportar tanto dolor. Yo te entiendo pero no puedo hacerme cargo de tus dolencias, de tus jaquecas, yo también la paso mal de a ratos, y no quiero más quejidos y sollozos en mi cuarto. “Que vas a cambiar”, “que esto ya no va a ser igual”. Estoy podrida de escuchar siempre lo mismo. Me harta la cara de papa que pones cuando te digo la verdad, sos insoportable...pero igual te quiero.

Deseo que estas palabras no suenen a reproche o a rencor, no te digo esto porque esté enfadada como una yegua en llamas, te lo digo porque me gusta la sinceridad, apuesto a ella en mi vida. Últimamente me estoy tomando todo con más calma, y parte de ese proceso es dejar de lado la violencia verbal, por eso canalizo mis sentimientos negativos hacia vos de este modo. Pero admito, que la sinceridad a veces duele y puede llegar a herir. Igualmente no se puede dejar de lado el afán de decir las cosas, hay un tiempo para todo y no es prudente dejarlo en el tintero, esperando que pase el aguacero para desembucharlo todo. No, no...por eso te lo digo ahora que te veo.

¡Ahhh! y una última cosa. Limpiate acá al costadito de la oreja, si...porque se te infecta hasta la ceja sino. Bien, ya estas mas prolijo ahora, si querés podes irte, ya terminé de decírtelo todo. Y gracias por tu tiempo y por el tiempo que compartimos juntos, lástima que el pronóstico fuera una cagada, y encima le acertara.

martes, 4 de mayo de 2010

-Sí-

Me despierto con la cabeza llena de colores que se me salen, recortes a los costados de los ojos,notas musicales cayendo afuera. La melodía que aquel toca en su guitarra llega hasta mi cama y me despierta. Es una tarde naranja y las ideas maduraron con la música traspasando mis cabezas. De mi mente a la suya. Las suyas.
En mi historia hubo chicas espaciales con polleras plateadas parecidas a la que uso para bailar, había toldos de carpas y un atardecer amigo del asfalto. Vi antifaces con plumas, globos y artefactos de colores suspendidos en el cielo, transparentados de luz cristalina además de rosada. Vi en cuclillas a mi inclinación para guardar secretos, hacerlos discretos y encerrarlos en cajitas o en un par de manos ahuecadas.
Descubrí un libro sin título que llevaba la felicidad dentro. Reposaba impecable y añejo en la loza blanca del baño, le abrí la boca y me contó sobre cocodrilos surreales.
También estuve en un cumpleaños negro, o mas bien de negros.Perdía parte de mi ropa y disfraz y todo era familiar y confuso. Todo me era familiar por eso me sentía cómoda,me va bien a mí lo confuso.
El tiempo se suspendió junto con los antifaces y máscaras y alguien contó una historia extraplanetaria que a algunos asustó: "Un pedazo de luz que ves en mí las veces que los ojos no se me llenan de agua". Pájaro negro me hace sonreír, las cosas me van lloviendo y me cantan mientras caen. Cantan que estoy bien, que siga caminando que vengo haciendo las cosas bien.
(escrito por la Luscinia Megarhynchos 2. acuérdense de que acá somos dos. ruiseñoras las dos.vamos a ponerle a ella el n 1 porque es la que usa y abusa mas de este blog. A mí me gusta el n 2, siempre preferí los números pares)

lunes, 3 de mayo de 2010

Postre

Nadie comenta lo rico que quedó el postre. Todos comen en silencio y disfrutan de la mezcla de café y chocolate. Yo miro para todos lados, buscando las miradas, buscando la aprobación del plato, y no encuentro nada. Todos se relamen como gatos empalagados, y susurran cosas ininteligibles entre las bocas llenas y los labios apenas mordidos por los dientes. Debería tomar esto como una actitud positiva, y que realmente les gustó lo que cociné, pero no puedo evitar sentirme inquieta. Por alguna razón preciso esas palabras, frases hechas que denoten la satisfacción de los comensales. ¿Cocino para mí o cocino para ellos? Eso es lo que me cuestiono, por algo me interesa tanto su opinión, aunque el silencio y el disfrute son más que conmovedores.

Desde que serví el postre ya nadie habla. Cuando entraron, todos parecían muy serios y correctos. Acartonados. Cuidándose de no moverse tanto, de no decir una palabra demás, de no dar un paso que los deje más allá y después no sepan el camino de regreso (si es que hay vuelta atrás). Aunque ese clima de tensión nos acompañó durante toda la maldita cena familiar, cuando vino el momento del postre el silencio se transformó en algo agradable de escuchar, un alivio. No era incómodo en absoluto. Ese silencio fue lo más puro que compartimos esa noche.

Después de tomar una copa de vino blanco y terminar de fastidiarnos entre todos, nos despedimos con promesas vanas de volver a vernos, y abrazos casi arrebatados desde el fondo de las copas. Algunos con alientos más alcohólicos que otros. El resto con un grado de indignación por momentos elevado. La única que parecía haberlo disfrutado en serio era la vieja más vieja de todas. A la que ya ni se le podía calcular la edad que tenía, imposible de escribir un número con tantas cifras. Ella estaba borracha, empalagada y con cara de urraca madre, postrada en el sillón marcando con el dedo el compás de una música inexistente para el resto de los oídos, la música de su cabeza. Fue ahí cuando me di cuanta de que no importaba realmente el estúpido comentario, si al final el elemento dulce logró despertar el ritmo de una mente aparentemente dormida.

domingo, 2 de mayo de 2010

Quiero dormir y estirar bien las piernas y la espalda, resbalarme en un sueño donde tus brazos me sostengan y tu voz me bese en silencio. Necesito un aroma envolvente, parecido al mar, que me recuerde a la ola rompiendo, que es igual a nuestros cuerpos cayendo en el sexo.

Los ecos que se escuchan son los ritmos internos de los corazones latiendo. Las aguas que se cruzan son salivas, secreciones y semen fluyendo. Lento. Rápido. Lento, y rápido de nuevo.

Quiero perderme, perderte, y perdernos de todo. Perdernos de los dos...ya estamos perdidos. Abrazarnos en el viento para que nos deje lejos, bien lejos, para que nos deje en el tiempo correcto. Ser constantes pasajeros. Pasajes-pasajeros.

Quiero despertarme y sentir el sabor al sueño dulce, pero no a la mañana, prefiero despertar de noche, porque sé que todavía te tengo.