martes, 27 de julio de 2010

-necesidad-

tengo un reloj de arena envidiable. soy una pera angosta, una guitarra fácil de transportar, una avispa de las que pican sin sal.
tengo una insistente duda existencial:
es posible que yo pueda de alguna manera visualizar
todos los kilómetros
que me faltan para llegar?
Lili se fue a vivir con el profe de Literatura Latinoamericana.
Y yo, que casi exploto, hoy por primera vez sentí asco de la manzana.

Los nenes juegan a ver quién logra una mayor disociación. Cuanto más intoxicados y repletos, mejor. Yo, la transparencia hecha persona, me suelto mucho más en este espacio que en el anterior. Acá me destapo, soy de terror.

Ruiseñora DOS (hoy se enervó de lo lindo)

sábado, 24 de julio de 2010

...lust

Un cuerpo se desprende de otro cuerpo, y genera un tercero. Y así sucesivamente...Una boca que contamina otros labios, que infecta. Debajo de mi cola, desnuda, hay un charco de sangre fresco que fluye desde el canal de evacuación. Mi boca pierde la hora y se atonta por tanta erección. Como un imán, mi lengua se dirige en forma de flecha y saborea todo su sexo, comiendo. Como: boca-pene, pene-boca, pene-vagina...y sigo comiendo. En mi plato, con forma de cama, con forma de playa, con forma de ascensor, están servidos todos los alimentos. Alimentos que son deseos, alimentos que son sueños, y así alimento la fantasía.

Un hombre con un antifaz que me seduce, un hombre con una guitarra que me toca, un hombre con una mujer, que soy yo.



(r.uno)

martes, 20 de julio de 2010

Camino por la playa Ramírez.

Invierno hostil. Mar sucio. Arena inmensa, arena negra. Y en mi cuello una bufanda negra. Busco el frío golpeando mis cachetes, resquebrajando mis labios. No es tan grave. Creo ya en mí. No tengo miedo, y beso con ganas. Las historias sirven y enseñan, quedan atrás con el andar cansino, despacio, meditabundo. Hay voces que me hablan y el mar me arrulla. Busco tranquilidad bajo este sol. Observo la paleta de colores que despliega el cielo. Olor a río, horizonte perdido...


ruiseñora uno (caminando ¡con este frío!)

lunes, 19 de julio de 2010

pero más me gusta

I wanna be there, with me.
I wanna be there, with you.


La banda sonora del momento. Un Palacio que se extiende en cada paso, en cada verso.

Atemporal.

Nada es síntoma de preocupación. Debemos calmar, calmarnos, y disfrutar de la brisa, de la lluvia, como una leve caricia que se expande desde esta canción.

Dos cuerpos juntos: se comen juntos, se agitan juntos, acaban juntos. Y ya no hay más ...solo respirar, solo bienestar. Si bien las valijas están armadas, reposando en el borde de la cama, no es necesario salir a la puerta y tomar el primer avión. Mejor es saber que en mi armario hay un estante, y en tu cuarto todavía queda un cajón, o quizás dos.

Abundan los perros de la calle, que bajan mi falda en busca de calor. Abundan las abejas en los panales, abundan: especies abundan. Me gustan los monstruos, me gusta el andar felino, el aliento viperino. Pero más me gusta tu canción, pero más me gusta tu color, pero más me gusta...


ruiseñora uno

("...que viva siento mi lengua cuando tu lengua está sobre la lengua mía...")

jueves, 15 de julio de 2010

no se leer

caí.

me levanté,

caí.

dormí.

dormí sola,
dormí contigo,
dormí conmigo.

no descansé nunca.

aprieto tu corazón,
solo hay cenizas.

miro las marcas,

tengo marcada la piel,
tengo un letrero en mi frente
y no se leer.



ruiseñora uno

martes, 13 de julio de 2010

Burócratas

Corro entre los autos y las gentes grises. Tapadas entre bufandas, telas y almohadas. Estoy enfurecida. Odio los tiempos perdidos entre trámites sin sentido. Corro entre cientos de burócratas y ejecutivos. Antes de llegar a mi destino me piden que fotocopie el último Carné de Bebé que sacaron en el año 1932, ¿para qué sirve todo esto?.

- Preciso una constancia de domicilio.
- No tengo señor, yo no tengo domicilio propio. Vivo en una casa, pero no me pertenece.
- Entonces no va a poder realizar el trámite, lo siento. ¡El siguienteee!, ¡¡¡número quinientos cuarenta y dos...!!!


¡La puta que me parió! Grito, mientras gasto el tercer boleto en menos de una hora. Voy del Centro a mi casa, de mi casa a Pocitos, de Cutcsa en Cutcsa. Me canso, me contracturo y maldigo a todos los funcionarios públicos.

Quedan diez minutos para que cierren la oficina y yo preciso que el encargado del Departamento de Carné de Bebés del año 1932 me selle el bendito papelito. Llego a la oficina después de dar varias vueltas en la puerta giratoria. (Lo único que me gusta de las oficinas son sus magnificas puertas giratorias. Cuando sea grande voy a tener una puerta giratoria en mi casa). En fin, después de jugar un ratito con la puerta, busco la oficina correspondiente. Me acerco al puesto de informes y una veterana con cara de guiso en mal estado me indica que debo dirigirme a la oficina del Señor Hipopótamo.

-Subís al piso trece A y preguntas por la oficina trescientos tres.

Sigo las indicaciones de la señora del guiso podrido y encuentro el lugar. Golpeo tres veces. Nadie atiende. Golpeo tres veces más. Una voz de ultratumba sale de adentro de la sala.

-Paaasee.

Entro a la oficina.

-Buenas tardes, necesito hablar con el Señor Hipopótamo
-Soy yo, que quiere.
-Preciso que me selle este papel por favor.
-Permítame.¡ Ahhh!, veo que se trata del año 32’, sabe que estos sellos yo no los tengo debe dirigirse a la Oficina Central de Correos y preguntar por...


Justo ahí dejé de escuchar, justo ahí dejé de pensar, y llena de una furia incontrolable agarré el cartelito de encima del escritorio y en medio de la frente, como un rinoceronte, le dejé incrustado su nombre “Señor Hipopótamo”. Me fui enseguida, no sin antes dar un par de vueltas en la puerta.


ruiseñora uno (en un ataque de trámites)

lunes, 12 de julio de 2010

noches blancas

Una vez más el cine me inspiró...


Hoy lloro y me acuerdo de mí. Veintiuno, veintiuno, no puedo olvidarme de ese número. Recorrí veintiún veces el mismo camino y todavía me equivoco, aún sigo encantándome con la casa hecha de dulces, aún me engañan, me empalagan las babosas. Y no aprendí nada del amor.

Parece que estoy en Venecia, aunque nunca fui a Venecia. Pero sé que es así. Lo leí en un libro y lo vi en la película de Visconti. En las “Noches blancas”, me entrevero entre los puentes y todavía sigo sentada en la nieve esperando. Inútilmente...

Me preguntan si puedo lavar la caja de Pandora. Y no encuentro más sorpresas.

ruiseñora uno (meditando en el frío)

domingo, 11 de julio de 2010

-pavor-

pérdidas. Temo. aquello que siempre temí. aquello que una vez temí.
pérdidas. de tiempo. de lazos. de redes. de anexos.
Temo y lo que temí sucede,pasa ante mis ojos. Está sucediendo.

sábado, 10 de julio de 2010

-fragmento II del posible futuro cuento-

Ya me acordé. Un día sucedió que él reconoció la canción, la bailamos varias veces y en un momento se atrevió a decir que era la banda sonora de una película. Y se ve que le gustaba. La película. Bueno, y la música también.
Valoré su comentario mucho tiempo después, más precisamente recién hoy, más de dos años después. Hoy de mañana mientras caminaba una calle en bajada vi una frase escrita en la pared de una casa bien pintada en Pocitos.

La música sonaba melancólica y seguramente también la película era así. Todavía estoy por verla. La parte mas intensa del recuerdo es su forma de hablar, comentó tímidamente y como al pasar, en realidad preguntó respetuoso si efectivamente la canción que escuchábamos era de esa película. Y ese mismo día
se llevó una copia del CD.

Ahora que es padre seguramente deje para después el tiempo de salones con espejos. Bailar y mirarse al espejo, dos cosas bien tuyas.
Tener hijos, algo que nunca me hubiera imaginado de vos.

Que lindo nombre le pusieron, es realmente lindo, siempre fue uno de mis favoritos. Ahora voy a borrarlo de mi lista de nombres, lo usaron ustedes y yo quedo automáticamente periférica. Por fuera me dejan

Ruiseñora Dos (a veces con los pies en la tierra)

jueves, 8 de julio de 2010

a cerca de un día en la pradera

Veo pasar los conejos en cámara lenta. Corretean por la pradera. Son más de veinte, pierdo la cuenta. El cielo es verde y el humo que sale de mi boca tiene olor a planta, cultivada en la selva de mi vientre. Creo en el tiempo que compartimos, no se como nombrarlo, me sale algo así como Roberto. Pienso en esto, mejor le cambio el nombre: Aureliano, es un tiempo Aureliano. Hoy canto para mis lunares, tengo ganas de festejarlos, hay cientos de ellos por toda mi extensa y blanca piel, los miro, los saludo, me enamoro de uno especialmente. Decido sacarlo de mi brazo y llevarlo hacia un conejo que me olfatea el pie descalzo. Me acerco a su nariz movediza, estiro sus bigotes, y en una de sus orejas dejo el lunar más lindo. También nombro a este roedor oledor: Ram, tiene pinta de tener mucha memoria.

Siento que dormí por años, que me acosté en invierno y desperté en Enero, cubierta de arena y sal. La brisa no me molestaba tanto, por eso cuando cerré los ojos me dejé arrullar por el viento. Mis piernas, cubiertas por un pareo, tienen la forma que mil hombres le dieron, fueron talladas con lenguas de acero y acentúan la concavidad de mi estrecho. Llevo en el pelo resortes que catapultan canciones y se enredan allí todos mis pensamientos.

Vuelco mi espalda hacia un costado y veo tu cara dormida, me rio bajito, no quiero despertarte. Acaricio tus labios tan besables, tan amables. Revuelvo tus papeles, hay un dibujo que me llama la atención: una pradera llena de conejos.

ruiseñora uno (con mucho más sol)

miércoles, 7 de julio de 2010

“Realized I don’t want to be a miser...”

Era un día de festejos. Y yo totalmente por fuera de la felicidad voladora. ¿Chovinismo redondo? No se...no tengo respuestas. Pero me taladra la oreja el cotillón de fútbol. Estoy a un paso de perder la virginidad y me desconcentro por un grito unísono de gargantas celebrando la goleada perfecta. No se ni de lo que estoy hablando. No me comporto como quiero, solo finjo de a ratos.

¿Abejas?, ¿de qué me estás hablando?, sólo quería unos besos ricos con gusto a siesta de verano. Por el contrario, dejé que me hincharas otra vez el lóbulo derecho, que se transforma en el tumor de mi cerebro.

Me levanto sola, con la sospecha de que este día va a ser más oscuro de lo que creía. Amanezco al mediodía, con la luz en la cara, pinchando mis párpados, reafirmando mis convicciones. Ayer, viernes a la noche, me dispuse a rechazar ofertas sexuales, y a evitar ciertos cotilleos y halagos empalagosos, a cerca de lo linda, lo especial, y lo atractiva que soy...decime algo que no sepa. Me das asco. Me vine sola a mi cama, aunque me despedí con besos algo turbios en la puerta. Y yo deseando ser amada de verdad. Pero no era un hombre, era un niño, un loco, un pelotudo, un bicho, y yo quiero un poco de normalidad, nada más. Normalidad en el relacionamiento. Los panes avinagrados me tienen re-po-dri-da. (Me da mucha resaca la noche últimamente).

Selectiva. Me convertí en una catadora oficial del buen gusto universal, porque lo kitsch, lo barroco, me ablanda, como un pene lleno de cocaína. Imposible de enderezar, imposible llegar al estado lanza. Y entonces no me ensarta...

¿Yo me tengo que hacer cargo de tus quejas, de tus penas, de tu adicción berreta? De ningún modo. Egoísmos ajenos no quiero, ya bastante tengo con mi cara de cuento, con mi histeriqueo perpetuo y el esmalte de uñas que corrijo constantemente. Soy una mujer ocupada. Mi tiempo se escapa como majugas en la red del pescador, y desecho las sardinas y las corvinas; a veces me como algún bagre; al rato me patea el hígado.

Para el dolor estomacal existe uvasal, la felicidad no se puede comprar, para todo lo demás: ¿existe master card?...yo llamo al teleshopping y pido un riñón a domicilio, porque hígados ya no tienen más.

ruiseñora uno ...give it away...

martes, 6 de julio de 2010

-pequeño fragmento de un (futuro largo cuento) quizás-

Hubo un tiempo en el que yo pensaba que cada vez que escuchaba esa canción alguien en el mundo que yo conocía se moría.
En esa época Mariana quedó embarazada de Nacho. Él me mostró aquello que tenía escrito sobre una alumna de la cual se había enamorado un poco. Le faltaba una escena en el medio que unificara las dos visiones que se mostraban en la historia. Trabajaba en ello como forma de exorcizar toda lo vivido en ese período.
Recuerdo bien, aunque pasaron más de dos años, las cortinas terracota, el piano y la biblioteca. Ella todavía no se había mudado definitivamente, iba y venía según la intensidad de sus peleas conyugales, y por eso nos rondaban siempre las valijas. Él se sentía solo, ella buscaba escapar. Estaba muy solo en realidad, llegaba de noche y no tenía nadie con quien charlar. Comía solo, miraba tele solo, dormía solo en una cama enorme. Pensaba solo a solas, y eso era lo más torturante de todo.
Yo buscaba escapar. Cuestión de etapas, según ella.
(...)
(continuará, tal vez...)

-La ruise 2-

viernes, 2 de julio de 2010

Fernández Crespo

Parece que por fin lo pude ver...

Ayer fue un día completamente “Fernández Crespo”; y saben de qué hablo cuando digo Fernández Crespo: un día gris, triste, suicida, dominguero, cerrado, feo, cabizbajo-ojitriste e irritable. Todo me molestaba entonces, y todo me molesta hoy. Lloré. Verbalicé por fin lo que sentía y pude descubrir tu rostro, escondido tras la patética máscara de la orgía del viernes pasado. Necesité exfoliarte de mi piel, de mi sien, de mi zen. Ya no soporté más el poco calor que me dabas, momentáneo, inútil, pasajero. Yo estaba en trance, y vos te reías de eso, todo el tiempo.

No tuve vergüenza de llorar a mares, a moco tendido mientras intentábamos leer “ La ética protestante y el espíritu del capitalismo”, ¡qué me importa Weber!. Largué las fotocopias y el marcador nuevo, amarillito, a la mierda y me puse a desvirtuar una y otra vez el grupo de estudio. Mi amiga me miraba y consolaba mis lágrimas con abrazos y besos tiernos, me mimaba con palabras y con un café riquísimo. Y no podía dejar de tener esa sensación opresora en el pecho, y en todos lados, en las piernas y en todos lados. Maldito día “fernandezcrespeano”.

Yendo a dar el parcial, con un día parcialmente nublado y atomizador. En el ómnibus: amortiguador de clases (metáfora sociológica, ¡si señor!)...allí en el no-lugar, Las Viperinas se pusieron a conversar y a hacer uso de sus lenguas tremendas, cargadas de tinta y veneno sanador. Como el curandero de la selva, hablando de la selva y la acabada perfecta. Trencitas erectas de nenas bien (“bian”). ¿ Y si hacemos de esto una transmisión?, ¿y si hacemos uso y abuso de la comunicación? Propuse llevar Viperinas a la radio del patio trasero del ómnibus vip (it´s very important, please!), y me dijo que sí. Los pasajeros vejertos eran nuestros oyentes, ella sentenció: el público objetivo estaría en la franja de los dieciocho hasta la infinita edad, dirigido a más mujeres que a hombres. Ya que creo, que a los hombres no les gusta escuchar las miserias femeninas ¿se te acaba el idilio chiquito?...

Me sale humo por las orejas y escupo fuego por las tetas, parezco un toro, más bien una tora en llamas. Y me la banco. De última voy al baño y con el bidet me masturbo un rato. Después pienso en algunos de los tontos que me rodean el culo como moscardones y se me pasa la mala racha.

En fin, el día crespo terminó de lo más entretenido. ¡Vaya! Vaya una a saber por qué me costó tanto esfuerzo mental y emocional cambiar de piel esta vez. Mientras serpenteaba en la pista de Livingroom, con mis dos amigotas: Livera y Ab, me olvidaba de a poco de lo que era antes; me emborrachaban las luces (sin saber). Dalton, ya lo cantaste tú. Y me sonaba la canción todo el tiempo, como rington molesto de celular en medio del discurso del docente predilecto. ¡Hay quienes no saben ser universitarios!
(¿palo innecesario?, buscá en el diccionario la definición de paradigma, ¡idiota!). Entre tanto ritmo me salía música hasta por la narina izquierda, y entonces uno de por ahí sentenció: “tú eres la Reina de la pista” y el caramelo se me enredó en el pelo, que asco. ¡Ahhh!, necesito gritar. Hay gente que no aprende más, pero yo con tu sombrero ya no juego.


Luscinia Megarhynchos “Ruiseñora uno” (identificando los textos pues).