Hubo un tiempo en el que yo pensaba que cada vez que escuchaba esa canción alguien en el mundo que yo conocía se moría.
En esa época Mariana quedó embarazada de Nacho. Él me mostró aquello que tenía escrito sobre una alumna de la cual se había enamorado un poco. Le faltaba una escena en el medio que unificara las dos visiones que se mostraban en la historia. Trabajaba en ello como forma de exorcizar toda lo vivido en ese período.
Recuerdo bien, aunque pasaron más de dos años, las cortinas terracota, el piano y la biblioteca. Ella todavía no se había mudado definitivamente, iba y venía según la intensidad de sus peleas conyugales, y por eso nos rondaban siempre las valijas. Él se sentía solo, ella buscaba escapar. Estaba muy solo en realidad, llegaba de noche y no tenía nadie con quien charlar. Comía solo, miraba tele solo, dormía solo en una cama enorme. Pensaba solo a solas, y eso era lo más torturante de todo.
Yo buscaba escapar. Cuestión de etapas, según ella.
(...)
(continuará, tal vez...)
-La ruise 2-
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ResponderEliminarEsperemos verlo entero.
ResponderEliminarAhora, cuál es la ruiseñora 2? La que me vio atendiendo los panes?
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ResponderEliminarcuento inconcluso...deseo saber el final.
ResponderEliminaresta cuestión de tránsito entre distintas etapas también es un tema recurrente en mí.
¿será que el tráfico de emociones siempre es afectado por ciertos embotellamientos? será cuestión de seguir escribiendo, ya lo descubriremos.
ruise uno.
besos a mi querida ruiseñora dos (danzarina).
que continúe siii, queremos saber como sigue!
ResponderEliminarche que bueno Ödland! con su permiso lo subo a mi blog,
beso