momentos atrás cambié de escenario repentinamente, pero esta vez no era un escenario fácilmente danzable. era el escenario de la calle, en el que tuve que correr protegiéndome de la gelidez y la rapidez de pensamientos. llegué de sopetón a mi escenario más uterino y el cambio repentino hizo que el frío cortante hasta la quemazón fuera reemplazado en los alrrededores de mis ojos por otra quemazón de tipo lacrimal. el agotamiento,la angustia. el agotamiento provoca angustia, eso dicen. otra vez sábado y otra vez ganas de hacer cosas grandes. tengo todo y quiero más. quiero que el tiempo se alargue,quiero tiempos rallentados en mi coreografía de música minimalista. no me gusta decir chau, no me gusta tener que decir todo el tiempo todo. me encantaría que las palabras supieran sobrar y que me vieras iluminada igual que el primer día. que la luz de nuestros días fuera mas rojiza y menos color hielo,color que no existe. pero las palabras no saben ni aprendieron a sobrar,así que por ahora guardo todo para sacarlo cuando la fluidez del círculo me llegue a incluir dentro de su perímetro.
momentos atrás creí que necesitaba de otros con desesperación para que fueran los móviles de mis homicidios. y ahora después de saltar, además de estar mojada estoy de nuevo a solas conmigo. y el agotamiento voló elegantemente. capaz algún día me animo a gritar. ojalá me llames dentro de un rato
conmovedor y sincero. es una especie de trascripción del espejo interior (me parece).
ResponderEliminaraunque digas que es "lo que no se te ve"...debo confesarte, amiga, que ciertas notas de esa música minimalista y danzable te las he descubierto, al igual que otros colores que sin querer dejaste caer.
lo que no se te ve...yo lo espío desde la cerradura.