jueves, 10 de junio de 2010

"me vendría muy bien"

Quería conocer las costas del pacífico. Ir a la soleadas playas de California, el sueño de muchos dirán...pero no se trata de eso.

De repente abrí los ojos y estaba parada frente a un largo camino de pasto y arena. A lo lejos el sol hacía brillar los reflejos del mar moviéndose entre las olas. Caminé y llegué a la orilla. La arena oscura y el agua de un azul profundo. Me zambullí inmediatamente. Cuando miré por debajo del agua no encontré líquido alguno...sino un piso de madera. ¿Madera? Salí a la superficie y unos chicos sufistas me advirtieron que esa zona era peligrosa, que en lo hondo había tiburones: la “zona prohibida”.

Yo no entendía nada. Volví a zambullirme. Otra vez lo mismo: madera. Y lo más extraño era que desde ese piso en el cual ahora estaba parada, percibía el océano como una tela blanca pintada de azul, por la cual traspasaba la luz del sol imitando el movimiento y las características del agua. Pero no era agua. Ni siquiera yo estaba mojada, y tampoco tenía dificultad para respirar. Supuestamente me encontraba en el fondo del mar, y en vez de eso: estaba parada en un piso de madera infinito. Miraba hacia todos lados y lo único que veía era madera, madrea, madera, que se oscurecía a lo lejos porque no llegaba la luz del sol, y más hacia el fondo se inclinaba suavemente.

Miraba hacia arriba y aparecía la tela movediza, imitando el agua. Intentaba nadar en el aire, siguiendo con la "lógica" de este nuevo lugar, quizás haciendo movimientos de natación pudiera alcanzar la tela e irme nuevamente hacia la superficie y entrar así en el mar de verdad. Inútil fue mi movimiento. Lo único que conseguí fue encontrarme ridículamente dando manotazos y moviendo las piernas como una patética bailarina descoordinada. Por lo tanto mi situación era bastante complicada. Estaba atrapada en el fondo del mar, que era madera. No había una posible escapatoria. Lo único que se me ocurrió pensar es que el viaje a California no era lo que yo había deseado, e inmediatamente la canción apareció sonando en mi cabeza: ”un viaje a California me vendría muy bien...".

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